21 ago 2013

Charanga Habanera decepciona a miles de expectadores en Manzanillo al doblar concierto.



Decir que tocó La Charanga Habanera (CH) este 19 de agosto en la ciudad de Manzanillo sería ciertamente exagerar. Si vamos a hablar con propiedad y a ilustrar la personalidad, como decía el viejo lema de Radio Granma en voz del locutor Marzo Enrique Rivero, entonces el lead sería: "dobló la CH, estafó a los miles de bailadores que asistieron a la Concha y pagaron por verla en Vivo y en Directo".

Confieso que antes pensaba que la mala costumbre de los doblajes era sólo práctica de los matutinos culturales y las actividades de barrio pero la actuación de CH, nada más y nada menos, de una de las más cotizadas orquestas de Cuba, nos está diciendo que la epidemia del doblaje y el “sampleo” está más diseminada de lo que creíamos en nuestro país.


Alguien me comenta que la Charanga Habanera no dobla su música en la capital, que allí el público es más exigente; debe ser porque acá, en nuestra ciudad no priorizada, la gente, ingenua y noble, cree en el cuento de la buena pipa o de la buena música escamoteada.


Por más que me esfuerzo, no puedo imaginar a Benny Moré doblando o sampleando un musical con su Tribu, ni a Pacho Alonso, ni a Oscar de León, ni a Celia Cruz ni a la Original de Manzanillo. El Benny tenía fama de informal, de llegar tarde a las actuaciones, pero su virtuosismo, en vivo, en directo y sin trampas, dispensaba cualquier demora con creces.

 En los noventa, en cierta ocasión acusaron a la Original de doblar en sus presentaciones, pero el maestro Pachi Naranjo demostró con su grandeza interpretativa que no era asunto de doblaje, sino de la altísima profesionalidad de sus músicos y de su ingeniero de sonido, Kike, que lograba que la orquesta sonara en la tarima igualito que en el disco. 

Escuché y transmití un concierto de Pablo Milanés en Bayamo, con una realización de sonido que parecía una grabación de la Sony, conocí después a su ingeniero de sonido, -ya no recuerdo su nombre-, y no me quedó otra opción que quitarme el sombrero ante su profesionalidad.

Pero eso de venir de tan lejos, con tanta fama antecedida, sólo para mover la boca en la mitad de sus presentaciones, resulta estafa verdaderamente patética, aunque hoy miles de manzanilleros amaneciéramos contentos y gozosos, creyendo que habíamos bailado en vivo con la Charanga Habanera.


  Por Giordan Rodríguez Milanés.

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