El Reggaetón es uno de los géneros
musicales que más preferencia gana entre los jóvenes por su difusión en los
últimos años, en medios de comunicación y alternativos.
Su música contagiosa en la
que se combina el reggae con el rap y el hip hop, hace que hasta los adultos,
cuando la escuchan, sientan deseos de tirar un pasillo, como se dice en el
argot popular.
No obstante, el talón de
Aquiles más allá del género musical, está, sin lugar a dudas, en la letra de algunos
temas, que denigran al ser humano, y con mayor énfasis a las mujeres, temas que
sin dudas van dirigidos a un segmento poblacional que fácilmente se apropia de
conductas que reciben desde ese ritmo.
A mí me gustan mayores
De esos que llaman señores
De los que te abren la puerta
Y te mandan flores.
De esos que llaman señores
De los que te abren la puerta
Y te mandan flores.
A mí me gustan más grandes
Que no me quepa en la boca
Los besos que quiera darme
Y que me vuelva loca.
Que no me quepa en la boca
Los besos que quiera darme
Y que me vuelva loca.
Este es un
fragmento de uno de esos temas banales que hoy prolifera entre sus hijos,
sobrinos, nietos o vecinos, es decir entre la población infantil sobre todo,
mensajes que van calando en el imaginario de este segmento de población, y es
por ello que se hace necesario combatir estas propuestas artísticas, que van de
lo antiestético a lo vulgar, transitando por lo inmoral.
Entre la
población infantil y adolescente, principalmente, es normal tararear estos
temas, que casi son himnos en todas partes, incluso hasta en actividades en
centros educativos, pero además en discotecas, y audios contratados por el
estado y es aquí donde hay que poner freno de una buena vez.
Lo ideal es
que cuando uno de nuestros jóvenes salga de nuestras casas a un centro
recreativo, estemos confiados de que en esa instalación ese joven se esté
enriqueciendo culturalmente, porque es allí donde se debe promocionar la mejor
y más auténtica música cubana o extranjera, pero de excelente factura.
Lamentablemente
no está ocurriendo así, no se está combatiendo, no se está cumpliendo la
política musical por decirlo de alguna manera, y otro factor que influye aún
más es la familia, donde el niño crece escuchando lo que se pone en la casa, y
hoy no son pocos los hogares que a todo volumen consumen esta música pero que además
la irradian para todo el barrio, y no pasa nada.
Y de esta
manera el individuo que está consumiendo estos estímulos sonoros con
deformaciones culturales seguramente lo va a proyectar a su entorno, que lógicamente
y quizás inconscientemente se está apropiando de un mensaje que nada tiene que
ver con los valores que debe poseer una persona y de lo cual el estado se ha
preocupado durante décadas.
Hoy cualquier joven tiene en
su poder lo que quiere y no tanto lo que debe, materiales que se difunden
alternativamente, entre ellos archivos
de audio, video e imágenes de cualquier tipo, y ya no son pocos los que no
tienen un dispositivo personal de almacenamiento de datos.
Como si fuera una meta:
entre más burda sea la composición de la canción, más se disfruta, un fenómeno
que va calando la sociedad con un propósito,
y no creo se trate de épocas, pues en cada una de ellas han existido sus
polémicas, pero no como lo que se percibe hoy.
En nuestro sistema educativo,
se impone la incorporación de un espacio dedicado a la apreciación de nuestros
autores y su música, algo que, a mi juicio, posibilitará que el estudiante pueda
de alguna manera conocer la exquisita historia musical del país.
El Reggaetón es un estilo de
música bailable urbana y latina, y muchos son sus exponentes foráneos y
coterráneos que aclaman porque más allá de la crítica se prestigie el género
musical, entonces… quienes sino, para demostrar el gusto estético del género
desde el propio valor de los mensajes que se trasmiten.
La música es arte, cultura,
disfrute, pero también es crear valores, y sobre todo en las nuevas
generaciones, porque no se olvide, que lo que mucho se repite, se aprende.
Por tanto, apostemos por
buenas composiciones, sean de un género musical u otro, pero que siempre prime
la calidad, y que en nuestros espacios públicos se difunda lo mejor para el
disfrute y madurez cultural de la sociedad.
“La
familia, la sociedad, la señora en el círculo infantil que quizás no tiene
modelos culturales sólidos, después los amigos todo lo que entra por todas
partes porque hoy tenemos que hacer política cultural a la intemperie,
sometidos a todos los vientos, sometidos a todas las influencias, a todas las
contaminaciones, por eso es tan importante formar en el niño, en el
adolescentes, en el joven modelos y paradigmas culturales auténticos.”
Estas palabras de Abel PrietoJiménez, Ministro de Cultura, forman parte del llamado a combatir las propuestas artísticas banales.