FACEBOOK HA CENSURADO MIS PUBLICACIONES CON ESTA IMAGEN ALEGANDO que
infringe sus Normas comunitarias sobre desnudos o actividad sexual.
ESTO ES UNA DE LAS FORMAS MAS BURDAS DE CENSURAR CONTENIDOS PARA EXCLUIR Y MINIMIZAR LA PRESENCIA DE ESTAS COMUNIDADES QUE VIVEN EN CONDICIONES NATURALES Y ALEJADAS DE LA CIVILIZACIÓN.
LA CENSURA DE FACEBOOK DEMUESTRA QUE ES SELECTIVA si tenemos en cuenta las barbaridades que día a día se publican
y se permiten en esta red social SOBRE MALTRATO INFANTIL, VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES Y LAS NIÑAS, Y GENOCIDIOS DE PUEBLOS ENTEROS.
La imagen CENSURADA POR FACEBOOOK está publicada en CUBADEBATE y corresponde a una comunidad
indigena de Brasil que por acciones discriminatorias y fascistas ha
quedado sin servicios médicos como muchas otras.
Junto a los habitantes de la etnia Apalai Waiana aparece el médico cubano
Arnaldo Cedeño Núñez quien publicó un mensaje ofreciendo perdón a esos niños por no decirles adios.
“No me pude despedir, me fui y quizás dentro de 20 días en su
inocencia aguarden mi llegada, no va a suceder, por eso les pido
perdón”. Así confiesa el doctor Arnaldo Cedeño Núñez quien desde el año
2016 atendía a los niños indígenas de la etnia Apalai Waiana, en Brasil.
“Ese día no lo voy a olvidar nunca. Era 11 de septiembre
de 2016, la mañana estaba nublada, había presagio de lluvia y
turbulencia. Me subí a la avioneta, viajaba desde el aeropuerto de la
ciudad de Macapá en el Estado Amapá, en Brasil, hasta la aldea Bona
perteneciente al municipio Almeirim del estado Parà”.
El doctor Arnaldo Cedeño Núñez hurga en su memoria, siento que vuelve
a vivir aquellos momentos, para él muy tensos, “no niego que tenía
temor, imagínese solo viajaríamos el piloto y yo, el cual me dio las
instrucciones para casos de emergencia porque atravesaríamos la selva
amazónica hasta llegar a la comunidad indígena de la etnia Apalai
Waiana”.
“El recorrido duró dos horas, el trayecto era complicado y riesgoso,
solo después de unos cuantos viajes comencé apreciar la naturaleza
hermosa y casi virgen que veía desde las alturas”.
Al joven galeno, oriundo de la provincia de Granma lo conocí a través
de las redes sociales a raíz de la declaración del Ministerio de Salud
Pública de Cuba de no continuar en programa Más Médicos, Cedeño
publicaba en su perfil una nota: “¡Perdón por no haberles dicho
adiós!!!”
¿A quién pedía perdón el médico cubano?
“Yo me fui para la aldea indígena al otro día de ser electo el
Presidente Bolsonaro. Durante dos años, cada veinte días conviví con los
nativos. No había luz eléctrica, ni teléfono, ni internet, sólo
teníamos un televisor en el puesto de salud que funcionaba 2 o 3 horas
en la noche mientras existiera combustible que alimentara una planta
eléctrica, pero en esos días el equipo de TV estaba averiado y yo no
sabía nada de lo que estaba pasando”.
“Con los niños de la comunidad tenía una relación entrañable, siempre
les llevaba caramelos y ellos a cambio me ofrecían la poca comida que
tenían, aprendí de su cultura, de sus juegos, sus cantos, su inocencia,
llegué a llorar cuando se enfermaban y me dolía que su futuro estuviera
encerrado solo en la selva y ríos que les servían de sustento”.
“Dos días antes de salir definitivamente del lugar quise en la noche
tomar un descanso coloqué la hamaca fuera del puesto de salud y me
acosté. En la aldea había una fiesta, fue entonces que llegaron unos
niños y me pidieron permiso para cantarme unas canciones en la lengua
indígena, no los grabé, no me lo perdono. Ellos me salvaron ese día de
una picada de una cobra porque descubrieron que debajo de la hamaca
había una pequeña, uno de ellos con su sandalia, casi descalzo la mató”.
Por unos segundos, el doctor Cedeño se mantiene en silencio.
“No sé por qué tenía el presentimiento de que algo no andaba bien,
pero nunca pensé que no los volvería a ver. Les prometí pasar con ellos
la navidad, es una fecha importante para los brasileños, no me pude
despedir, me fui y quizás dentro de 20 días en su inocencia aguarden mi
llegada, no va a suceder, no pude decirles adiós y por eso les pido
perdón”.
¿Qué traes a Cuba de los niños indígenas de la etnia Apalai Waiana?
“De ellos me llevo los mejores recuerdos, por ejemplo cuando llegaba
la avioneta todos venían con sus caritas sonrientes a mi encuentro, en
los inicios me tocaban para sentir la textura de mi piel que ellos
notaban era diferente”.
“Eran curiosos y me preguntaban de qué etnia era el médico cubano
entonces les explicaba que en Cuba no teníamos cacique, ni tribus”.
“Un día indagaron por nuestra comida y me conmoví mucho al saber que
solo se alimentaban de casabe, yuca y frutas, están mal nutridos sobre
todo los más pequeños”.
Percibo emoción en la voz del doctor Arnaldo, hace una pausa para decirme por último:
“Les di mi amor, les enseñé a bailar a cantar, a que
entendieran nuestra cultura y mi única tristeza es no haber podido
abrazarlos en mi despedida”.
Tomado de Cubadebate