Allí donde se quiso hacer ver a Cuba como violadora de
derechos humanos, se demostró que la nación que más antecedentes tiene de
violar los DD.HH es Estados Unidos, un país
que provocó en mí y mi familia la desesperación al no poder contar el
medicamento para mi recuperación y que ese país no permite llegue a los cubanos
que lo necesitan.
Hoy me decido a contar mi historia apoyada también por
documentos en mi poder que me dejó mi padre antes de morir. Yo soy una víctima de ese injusto bloqueo que se ha mantenido
por 56 años por los distintos gobiernos de los EE.UU a pesar de tener actualmente
una embajada en suelo cubano.
Nací el 19 de octubre de 1960 en la ciudad de Manzanillo
actual Provincia de Granma… todo estaba bien hasta que llegó ese fatídico día,
el 3 de julio de 1967, solo tenía 6 añitos, y mi vida cambio de repente, muchos
fueron los intentos del personal médico y de todos los que estuvieron al tanto
de mi situación.
Sin embargo todo hubiera sido más fácil si no fuera por
el injusto bloqueo económico y financiero que impide la adquisición de
medicamentos, por solo citar un ejemplo que afectó y afecta a la población
cubana que requiere de tratamientos con medicina que no se produce en Cuba.
Por todo ello el estado cubano no se cruzó de brazos, ni
se dio por vencido y sorteando obstáculos logró llevarme a otro país a recibir
los cuidados pertinentes con los medicamentos idóneos a un costo de altísimo de
libras esterlinas que el gobierno socialista asumió, como también a muchos
otros niños y niñas, pacientes, que tuvieron que viajar fuera de Cuba.
Mi historia inició con un accidente doméstico cuando sólo
tenía seis años, de aquel tres de julio, cuando mi abuela se encontraba
encendiendo el fogón el cual utilizaba Luz Brillante (Keroseno) y alcohol para
precalentar, eran de esos fogones de la época que usaban esos combustibles.
Con la inocencia de mi corta edad me encontraba jugando
en la cocina, y muy cerca de mí a escasa distancia había una lata de alcohol… mi
abuela al encender el fogón tiro la cerilla sin mirar y cayó justo dentro de
aquella lata de alcohol, provocando una gran explosión.
Inmediatamente las llamas me envolvieron, y recibí graves quemaduras en mí
rostro, pecho y brazo izquierdo, algunos vecinos y personal de un taller de
pintura que estaba frente a mi hogar, con unos sacos me apagaron y con unos
extintores amortiguaron las llamas en la cocina y apagaron el incendio. También
auxiliaron y apagaron a mi abuela que recibió quemaduras superficiales.
Todo ocurrió tan rápido que cuando llegaron los bomberos todo estaba bajo
control. Me montaron en un camión y me llevaron para el Hospital Infantil Hermanos Cordové de mi ciudad, y después de recibir los primeros auxilios y curas, por
la severidad se me envió en ambulancia para la Ciudad de Santiago de Cuba donde
ingresé en el Hospital Provincial y al mes y medio se me trasladó para el
Hospital Infantil de esa ciudad con la inscripción 125576 y hoja clínica 24182.
Allí estuve ingresado durante tres meses, tiempo en que recibí las curas pertinentes
pero igualmente terribles, me ponía Acetil Rojo y me vendaban, aun con todo el
procedimiento médico, perdí mucha piel y estuve reportado de grave con peligro
para mi vida; gracias a las transfusiones de sangre y al cuidado del personal
médico sobreviví y a mi dios que estaba conmigo.
Con el triunfo revolucionario de 1959 muchos especialistas y médicos
emigraron a los EE.UU y el bloqueo económico y financiero impuesto a Cuba desde
1962 por el gobierno estadounidense no permitía, ni permite la entrada de medicamentos,
esto hacia muy difícil y compleja mi recuperación.
En noviembre de 1967 fui dado de alta, quede con mi rostro desfigurado, lleno
de cicatrices queloides, los dedos y brazo izquierdo pegados sin movimientos. En
el año 1968 mi padre me lleva para La Habana y nos quedamos en la casa de unas
amistades de mi madre de apellido Fajardo que vivían en un edificio situado en
Desagüe % Ayestarán e Infanta, el apartamento estaba en la última planta; recuerdo
que al lado vivía la famosa locutora de televisión Eva Rodríguez con su esposo
Manolo Rifa, la cual me trataba con cariño, yo le decía tía, tenía un carro de
esos pequeños que le dicen "cucarachita" (VW) que en varias ocasiones
me llevó con mi padre a las consultas de los distintos especialistas plásticos
de la época.
En el Hospital Calixto García me vio el Doctor Lescano, en el Hospital
Infantil el Doctor Tolón y en el Hospital William Soler el Doctor Hernández
Amador los cuales después de consultarme le informaron a mi padre que no tenía
solución ni cura en Cuba.
Mi padre decide escribirle al Comandante de la Revolución y Ministro del
Interior Sergio del Valle y le envía una foto de mi estado físico y los
criterios de los distintos especialistas plásticos que me atendieron.
Del Valle le contesta diciéndole que le había pasado mi
caso al exministro de Salud Publica Doctor Heliodoro Martínez Junco, y el 31 de
marzo de 1969 recibimos una misiva del Doctor Ramón Pereda Chávez Director del
Departamento de Relaciones Internacionales del MINSAP el cual nos comunica la
necesidad de que mi padre me ingrese en el Hospital Frank País de La Lisa,
Marianao.
El 24 de abril de 1969 ingresé en dicha institución médica y fui sometido a
tres operaciones por el cirujano plástico William Gil, dichas operaciones no
tuvieron el éxito esperado, por la aparición del queloides en mi rostro y la no
existencia del medicamento de producción norteamericana que no entraba al país
a causa del bloqueo.
El 25 de marzo de 1970 fui dado de alta y antes de marcharnos a nuestra
ciudad de Manzanillo tuvimos una entrevista con el Doctor Rodrigo Álvarez Cambras, Director del Hospital Frank País. Dicho médico que era ortopédico y
había estudiado en Francia le pidió a mi padre una solicitud por escrito para
una posible salida para ese país donde tenía relaciones con una colega, realizando
mi padre su pedido.
El 25 de Enero de 1972 nos visitó en nuestro hogar el responsable de
Inmigración de esta ciudad para que fuéramos realizando los trámites de futura
salida al exterior.
El día 12 de julio de 1972 fuimos citados por el Director de Salud Publica
Regional para comunicarnos que teníamos una entrevista con el Doctor Hadad en
el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) Provincial. Dicho Doctor nos había
atendido en Santiago de Cuba en el año 1967, nos dice que el mandó su
valoración y criterio medico para la Habana, donde expone que no tenia solución
en Cuba y que existía un interés del Comandante Fidel Castro de darle solución
a casos como el mío.
El 7 de febrero de 1975 recibimos un telegrama de la Doctora Dora Galego
Subdirectora de Relaciones Internacionales, donde nos pide que debíamos
presentarnos el día 12 de febrero en la Clínica Cira García ubicada en Miramar para ingresarme por
orientación del Comandante Sergio del Valle Jiménez para una posible operación
de cirugía reconstructiva por un cirujano plástico norteamericano el cual
llegaría al país el día 13 con los medicamentos necesarios.
Nos apuramos con los pasajes gestionados por el gobierno Municipal y cumplimos
con lo indicado, sin embargo el día 14 se nos informa que el Galeno
norteamericano no venia pues el Departamento de Estado de los EE.UU no se lo
permitió debido a las leyes del Blogueo Económico al que está sometido mi país,
sin embargo el funcionario de Salud Publica nos dio esperanza de que vendría en
abril. El ministerio nos gestionó los pasajes de regreso, pero mi padre no
perdió la fe ni la esperanza en los dirigentes de la Revolución.
Aunque la otra decisión era someterme a mas cirugías, el 12 de agosto de
1975 mi padre le escribe al Ministro de Salud Publica Doctor José Gutiérrez Muñiz donde le manifiesta su negativa de volver a someterme a nuevas cirugías
lo que demostró que mi caso no tenia solución en mi país, así como le envió una
copia de la carta enviada a la Doctora Galego Pimentel Subdirectora de
Relaciones Internacionales del MINSAP donde expone su criterio de padre y le
habla del interés del Comandante de la Revolución Sergio del Valle Jiménez en
mi caso.
En el mes de agosto de 1976 recibimos la comunicación que por decisión de
la Dirección de la Revolución se me había aprobado la salida para el exterior,
aun no teníamos conocimiento para que país viajaríamos, nos entregaron los
pasaportes y los dos pasajes para la aerolínea IBERIA de España para el 2 de
Septiembre de 1976 hacia Madrid.
De España tomaríamos un avión para Londres, Inglaterra, por fin todo el
esfuerzo no fue en vano, el gobierno cubano había ganado otra batalla contra el
blogueo económico impuesto por el gobierno de EE.UU.
Nos comunicaron que en el aeropuerto de Londres nos recogería un compañero
de la Embajada y nos ubicaría, y que ya el Embajador de Cuba en Inglaterra
conocía sobre nosotros.
Viajé para mis cirugías y tratamientos médicos cinco veces a Londres,
Inglaterra, a partir del año 1976 y todas mis cirugías y tratamientos me las
realicé en el Hospital Queen Mary's situado en Roehamton Lane London SW15 5PN y
el especialista que me atendió fue el Cirujano AJ.Evan.FRCS. Consultante
Plástico Surgeon, mis operaciones costaron al país 400 000.00 libras
esterlinas, ni yo ni mi familia pagamos nada.
Durante mi estancia en Londres me enteré con mi padre que por idea del
Comandante y líder de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz ya se habían
mandados varios casos con problemas cardiacos, sobre todo niños de diferentes
lugares de Cuba, todos acompañados de un familiar cercano, niños que se
sometían a operaciones impagables que asumía el estado cubano.
Allí conocí a Magalis madre de una niña de 8 años de la Isla de la
Juventud, también otra mamá llamada Pilar, de Santiago, que acompañaba a su
niño, a Maricela Echevarría que tenía a su hija ingresada de 18 meses, su
esposo Marco Ruso era médico y cumplía misión en Angola, África, y al niño Iván
de Pinar del Río, sus padres eran Nadia y Machito.
También conocí a varios estudiantes de medicina que por orientación del
Comandante Fidel Castro se encontraban superándose para que a su regreso a Cuba
poder formar la nueva cantera de Galenos que con el tiempo convertirían a al
sistema de salud de mi país en paradigma.
Aunque ya han pasado algunos años de estos hechos, y yo era pequeño por mi
edad, le agradezco mucho en lo espiritual a Jesús Cristo mi dios todo poderoso que
me salvo de aquel lamentable y peligroso accidente y estuvo junto a mí, a mi
padre todo el tiempo, a mi maravillosa madre por tanto amor y paciencia, a
todos esos eminentes médicos que a pesar de no contar con los recursos
necesarios hicieron todo lo posible por darme una solución a mi problema (Algunos
quizás no estén físicamente pero no me olvido de ellos)
A los funcionarios, Ministros del MINSAP y combatientes que ocupaban altos
cargos en el gobierno y estuvieron involucrados en estos hechos para salvarme; en
especial a Sergio del Valle Jiménez, quien fue Ministro del Interior, Ministro
de Salud Pública y se tomó gran interés en mi caso, tuvo contacto con mi padre
y conocí personalmente en unos de mis viajes a la capital.
Cuando termine mi tratamiento en Londres en los años 80, conocí que como era
General de Brigada y estaba como asesor militar en Rusia y más adelante conocí
por mi padre de su fallecimiento por una penosa enfermedad, también un
agradecimiento especial al líder de la Revolución Cubana comandante Fidel Castro Ruz que tubo la brillante idea de crear mecanismos que lucharan contra
el bloqueo, sobre todo en la búsqueda de soluciones con respecto a la falta de
medicamentos y especialistas en la Salud Pública, su carácter humanista y
solidario con el dolor ajeno llevo a nuestro país a convertirse en una potencia
medica con un elevado nivel científico y que hoy miles de médicos cubanos estén
salvando vida en muchos países del mundo.
Por tal motivo llamo a la nueva generación a defender las conquistas logradas
por nuestra Revolución. Con afecto y cariño al personal de la Embajada Cubana
en Londres, a los maravillosos 2 Embajadores cubanos Enrique Bolaño y Leonel
Soto que estuvieron atentos a nuestras necesidades durante nuestra estancia en
la Capital Británica, al personal médico que me atendió con tanto cariño en el
Hospital Reina María de Londres.
Nota: Este testimonio está basado en documentos, cartas, telegramas y fotos
que me dejó mi padre antes de morir y en mi participación personal, y como el mio se cuentan miles en Cuba que hemos sido víctimas de una política que discrimina, desprecia y atenta contra los derechos elementales de las personas, por el solo hecho de tener autodeterminación para ser libres y no oprimidos.
Texto y fotos: Antonio Félix Llumbet de los Reyes.