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27 nov 2016

YO SOY UNO DE ESOS JÓVENES, HASTA SIEMPRE COMANDANTE.



Muchos años han pasado ya, 14 para ser exacto, aunque no parecen tanto, pero si son ya para contar desde aquella visita de Fidel a Manzanillo, en la que dejaba inaugurado un novedoso programa de estudios conocido por Curso de Superación Integral para Jóvenes (CSIJ)

Corría el año 2 000 y la incertidumbre de miles de jóvenes se hacía cada vez mayor, no sólo de ellos sino de sus familiares, de la sociedad toda al poseer alrededor de 15 mil de sus hijos sin posibilidades de estudio o trabajo.

Antes del inicio del segundo milenio y hasta la llegada CSIJ la tasa de desempleo de Granma era, en aquel momento, de 10,7 por ciento; y específicamente en Manzanillo, la cifra era impresionante, pues muchas entidades se habían parado en el período especial.

La situación se tornó muy compleja para los muchachos que por allá con la llegada de los años 90, encontraron un panorama diferente, miles de familias manzanilleras y de otras regiones no pudieron mandar a sus jóvenes a los preuniversitarios por la escases de todo, luego de la caída del campo socialista.

La alimentación, el vestuario y el calzado, así como lo demás y muy necesarios artículos de aseo personal y para el hogar, todo prácticamente inexistente a partir de la llagada de la década del 90.

Muchos jóvenes se lanzaron con todo ímpetu a continuar sus estudios con enorme sacrificio, escuche anécdotas de algunos que iban en bicicletas desde Manzanillo hasta la universidad de Holguín; estamos hablando de más de 130 kilómetros, sin embargo la tirada era insostenible.

Por esto mayoritariamente muchos jóvenes no fueron a las universidades cuando tenían todas las condiciones académicas y de rendimiento para ser profesionales competentes, la cruda realidad se impuso y la mayoría abandonó los estudios por razones obvias, mientras el país se debatía en la resistencia ante una anunciada caída del socialismo.

Los cubanos y cubanas resistieron a los duros e inolvidables 90, y había que hacer algo pues la marea de jóvenes crecía cada vez más, muchachos y muchachas inteligentes, con talento, pero que no pudieron llegar a la universidad.

Pero a esto, Fidel nunca le dio la espalda, allí estaba pendiente la mente maestra, y a cientos de Miles de esos jóvenes les ofreció la oportunidad de estudiar y además de pagarle para que lo hicieran, una idea genial e increíble a la vez.

Corrió el año 2 000 y se murmuraba de esta idea en las calles pero nadie tenía la certeza de que era, y como iban a pagar una mensualidad, que si bien era mínima, al menos incentivaba a los muchachos a ir a un centro de estudios en las noches.

Pasado el primer curso, aun no se vislumbraba con certeza que sería de esos jóvenes y de su futuro, y mientras les seguían pagando, lo que por su puesto no tuvo pocos detractores en la sociedad, pero si era una idea muy bien concebida por el líder de la revolución.

Con la llegada del segundo curso 2001-2002, la idea se perfilaba a preparar a esta masa juvenil, la mayoría con familias, para abrirle las puertas de la universidad a la que un día aspiraron pero por razones objetivas no pudieron.

Miles de jóvenes de todos los repartos y barrios de la ciudad, y otros que venían desde zonas rurales, todas las tardes se reencontraban en las instituciones docentes donde los esperaban experimentados profesores, con el objetivo de dotar de conocimientos a esos hombres y mujeres.

En cada uno de estos centros, miles de anécdotas buenas y menos buenas surgieron, amores, amistades, conocidos, era el ambiente de estudiantes que todos añoraban y que la Revolución con Fidel al frente les estaba devolviendo.

Llagaba el 28 de marzo del año 2002, y es una fecha muy marcada en miles de corazones de cubanos y cubanas, era la presencia de Fidel en la Plaza Celia Sánchez Manduley de Manzanillo, para inaugurar el CSIJ con 12 124 de sus protagonistas.

Aquella noche, el nerviosismo característico por la presencia en Manzanillo de este hombre se acentuaba, mas en aquellos a quienes el Comandante dirigió sus palabras, su esfuerzo, y desvelos por ofrecerles un futuro mejor, si pensar quizás que con su partida, dejaría miles de profesionales formados.

Hoy cada uno de esos profesionales sienten con orgullo haber pertenecido a este programa, al que Fidel le tuvo una fe enorme, porque siempre confió en los jóvenes y en ellos todo su tiempo invertido no fue en vano.

Hoy esos jóvenes profesionales en medicina, tecnologías de la salud, Contabilidad, Derecho, Estudios Socio Culturales y Comunicación Social entre otros, sienten la pérdida de un guía, un padre, un maestro y no solo dan gracias, sino que está presente en cada uno de ellos el compromiso de ser mejores cubanos, revolucionarios y profesionales.

Hoy este ejercito de profesionales rendimos homenaje al hombre que nos permitió ser y formarnos como hombres y mujeres de bien, especialmente quien escribe porque yo soy uno de esos jóvenes. Hasta Siempre Comandante!!!